2018. En teoría un año más madrugando para acudir a la llamada de "El Zorro".
Pero no, no es un año más,
diversos acontecimientos lo han hecho especial y diferente. Mi ilusión por
acudir a la Resurrección sigue intacta. Fue mi primera incursión en la Semana
Santa, allá por el 1969, con lo cual está próxima la efemérides de mi 50
aniversario con la Cofradía.
He tenido la suerte de ver varios
cambios en el desfile y todos con mucho cariño.
Pero, como decía este año ha sido
singular. De ocho cofrades que solíamos salir en familia, por diversas causas
sólo hemos salido tres, y uno de ellos integrado en la organización, por lo que
se acorta más el grupo. Aún así hay que pensar en positivo y recordar el
desfile con el mismo afecto de siempre.
Acompañando a mi Cristo voy por
las calles que me vieron nacer y que este año no tuve ocasión de recordarle a
mi hija (como hago todos los años) el lugar exacto. Seguro que ella lo recordó
por igual.
La mañana acompaño gratamente
mientras subíamos hacia el Puente y el inicio de la Cuesta del Pizarro, donde
tan buenas imágenes tienen a bien realizar los grandes aficionados a la
fotografía.
Pequeño descanso, sobre todo para
los cargadores que con ganas y fuerza llevan al "Zorro" hacia el
esperado parón en la iglesia de San Ildefonso.
Un descansito y agradable rato en
buena compañía. En la casa del gran Antonio Pedrero entro, donde nos acoge a
todos sin miramientos, ofreciendo su saludo y su hospitalidad año tras año.
De allí, con la alegría propia
del día, nos encaminamos por nuestra Rúa camino a ese ansiado encuentro en la
Plaza Mayor, donde por fin este año he podido disfrutar de la maravillosa Suite
Sayaguesa que, con el arte del gran David Rivas y la interpretación del no
menos grande Luis Antonio Pedraza, culmina una mañana excepcional.
Desgraciadamente este año tuve
que retirarme por motivos laborales, pero disfruté como todos los años de un
gran desfile.
Espero mejorar mis sensaciones el
año próximo, acompañando en esa ocasión a la Virgen de la Alegría, a la cual
tuve el honor de acompañar en mi mayordomía en 2004.
Deseo que todos disfrutemos por
muchos años de nuestra gran Cofradía de Jesús Resucitado.
Un abrazo
Texto y dibujo: Anselmo Esteban
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