domingo, 26 de abril de 2020

Martes Santo 7 de abril de 2020

Hoy es martes, martes santo, pero este año no es especial, es como otro martes, más bien como otro día cualquiera de la semana. Si me paro a pensarlo, ni siquiera es como otro cualquiera, es raro, no podría definirlo. No tenía planeado que un martes santo me quedara en casa y mucho menos lejos de Zamora.

Esta semana de pasión no será igual que ninguna otra. Este martes, no será como ningún otro, es imposible. Esta noche, las calles de Zamora estarán vacías. En la parroquia de Santa María de la Horta no habrá ningún hermano o hermana reunida en torno a Ti, Cristo de la Agonía. Esta noche nadie podrá consolarte en tu sufrimiento.

El mundo se ha parado, Zamora se ha parado y nuestra Semana Santa también. No hay pipas por el suelo, ni se ve a la gente comer almendras garrapiñadas por la calle.

Esta noche a las 11 tendríamos una cita contigo. Una cita que ya nunca más será dirigida por el que fue nuestro obispo Don Gregorio y tampoco este año podré estar alrededor tuyo en la Eucaristía esperando el gran momento.


Una cita que este año no será posible y duele porque no podré acompañarte por las calles de mi barrio. Este año, ya no habrá nervios a la hora de ponerme la túnica y colocarme bien la faja recta y del lado que corresponde. Esa faja de color verde que simboliza la Esperanza y a la que tenemos que aferrarnos en estos momentos tan duros.

Esta noche no habrá silencio por las calles interrumpido únicamente por el sonido de los tambores de la hermandad. Esta noche tus siete palabras en la cruz no serán recordadas en la Plaza de Viriato mientras nosotros ordenados alrededor de ella esperamos que pases a nuestro lado.

Ahora la plaza estará fría, sola y húmeda. Pero, sobre todo, callada. Nada ni nadie podrá romper ese silencio sepulcral tan solemne como esta misma Semana Santa. Nadie podrá oir las palabras ni las monótonas pisadas de los hermanos, mis hermanos. La plaza y su estatua estarán solas, acompañadas solamente por el viento y por nadie más.Esta noche no será posible, pero te sentiré más cerca que nunca a pesar de estar tan lejos. Tú que me guías cada día, no nos abandones, sigue a nuestro lado.

Esas 7 palabras que Tú dijiste en la Cruz, momentos antes de morir por nosotros y ahora, esas 7 palabras nos reconfortan a las personas de Fe. Tú, Cristo de la Agonía, no dudaste en sacrificar tu vida por nosotros y ahora somos nosotros los que tenemos que sacrificarnos, vivir una Semana Santa sin verte por las calles de Zamora es duro y ya estoy pensando en el martes santo del año que viene. Las 7 palabras que tanto nos reconfortan y cargaban mis hermanos en un estandarte, estarán guardados en un rincón sin nadie que les pueda portar, sin nadie que les pueda dar voz...

Te siento cerca porque siempre estás conmigo, te siento en mi corazón que ahora llora pero que sabe que el año que viene con más fuerza y con más ilusión acudiré el próximo año a mi cita contigo.

Texto: María Domínguez
Foto: Horacio Navas

No hay comentarios:

Publicar un comentario