Este ha sido un año
muy especial para mí, puesto que he cumplido mis bodas de oro perteneciendo a
esta Hermandad.
Mis raíces no son
zamoranas, mi padre extremeño y mi madre vallisoletana, que por circunstancias
de la vida recalaron en Zamora.
Debido a la escasez
de cofrades en el segundo año de existencia de la Hermandad fueron por la
oficina de mi padre buscando gente que quisiera formar parte de la misma, y se
apuntó más que nada por compromiso, pero le gustó tanto y le cogió tanto cariño
al Cristo del Amparo que estuvo desfilando y con 92 años fue la última vez que
lo hizo, aguantando como un jabato.
Yo, cuando tuve la
suficiente edad para ir a ver la procesión, también quedé prendado de ella y le
di la lata para que me apuntara y me comprara una capa (a cómodos plazos),
logrando acompañar al Cristo y a mi padre desde 1967 hasta que él por edad no
podía ir.
Después de tantos
años juntos en la procesión, el primer año que salí solo fue terrible no estar
pendiente de él como antes había estado el pendiente de mí.
El pasado Miércoles Santo cumplí cincuenta años dentro de la Hermandad, y después de tantos años,
creo que cada vez me gusta más y creo que nunca voy solo, pues mi padre y el Cristo siempre me acompañan.
Como véis voy
siguiendo los pasos de mi padre, intentando protegerle.
No sé si lo
sabréis, en esta Hermandad al cumplir la mayordomía, Agustín (el primer
bombardino) entrega un botón charro a cada uno de los dos mayordomos, pues
bien, el primer año que salí solo, cogí mi botón charro y lo cosí a la capa de
mi padre y siempre desfilo con la suya, y claro, todo son recuerdos.
Por diversos
motivos he tenido que faltar alguna vez
por motivos de salud, pero mi padre siempre acudió, menuda generación era esa.
Tengo dos hermanos
y tres hijos varones, pero salvo un hijo, nadie quiso recoger el testigo,
dándose la circunstancia que por culpa del dichoso cupo de 150 hermanos, cuando
le tocó ser a mi hijo mayor hace unos años, contestó que ya no quería, que no
lo había mamado. Solo tengo la esperanza de que mi hijo mediano, cuando le
toque, me acompañe, y por eso aguanto, a ver si al menos una vez podemos salir
juntos y que se repita la historia.
Soy de mas
cofradías, pero esta es la nuestra, y si Dios me da salud será la última en
hacerme emérito.
Texto: José María
Álvarez
Segunda foto:
Horacio Navas
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