martes, 11 de abril de 2017

Domingo de Ramos. Tarde para la Ilusión

El Domingo de Ramos en Zamora no es un domingo más. La ilusión y la sonrisa de los más pequeños ataviados con palmas y ramos de laurel inundan las calles de la ciudad  para acudir a la que para muchos es su primera procesión.

Solo 150 hermanos y hermanas conforman la Real Cofradía, pero se contaron por millares a los "penitentes" en las filas de la procesión, y es que en nuestra ciudad el Domingo de Ramos es un día para acudir en familia. El sol invitaba a que abuelos, tíos, primos, hijos, nietos... todos acompañaran a Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén.

La Banda Ciudad de Zamora abriría como siempre el desfile procesional, estrenando su participación en la esta Semana Santa y contando este año, por primera vez, con varias mujeres en la formación; detrás el inconfundible sonido de las esquilas del Barandales Nicanor. Le seguían los pequeños y pequeñas, pues fueron muchos los niños y niñas que aprovecharon la oportunidad que les ofrece la Real Cofradía para, aún sin pertenecer a ella, poder salir vestidos de hebreos y hebreas. Y al final, a los lomos de una pollina, Jesús, con los sones de la Banda de Zamora que volvía al desfile del Domingo de Ramos, para volver a traer el "Cristo del Perdón" o "Cordero de Dios".

La alegría, el bullicio, las largas palmas y las capas fucsias se abrían paso por las calles. San Juan de la Puerta Nueva primero y San Torcuato después, daban la bienvenida al hijo de Dios con el sonido de sus campanas. Caminando sobre ruedas avanzaba la borriquita por Alfonso IX, Santa Clara, Plaza Mayor... para llegar al punto de partida: el Museo de Semana Santa. A los lados de la Plaza de San María la Nueva se posicionan los cofrades para recibir y honrar agitando vigorosamente sus palmas el paso de Jesús, y así finalizar la procesión para ahora sí, dar paso a los días de pasión.
 
 
Texto: Miguel Ángel Rosón
Foto: Óscar Antón

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