Visión desde los Ojos de un Cofrade y como Hermano de Acera.
Desde pequeño en mi familia de tradición Semanasantera, me llevaban a ver las procesiones de nuestra Semana Santa. Con el paso de los años y según fui creciendo, me iban gustando más unas procesiones que otras, aunque para mí todas ellas son únicas.
Una de ellas es la Procesión de la Cofradía de Jesús del Vía Crucis, el Martes Santo. Desde pequeño la veía con mi madre, con mi hermano y amigos, con mi padre no podía ya que cargaba en el Nazareno de San Frontis hasta hace unos años, que se jubiló en el Paso por edad. Siempre la solía ver en la Rúa de los Francos, entre la Iglesia de la Magdalena y La Opinión de Zamora. Años más tarde, tras la jubilación de mi padre en el Paso, la seguíamos viendo en esa misma zona, y ver llegar el Nazareno y que cuando está delante de nosotros el Jefe de Paso y los Hermanos de Paso se lo bailan un rato a mi padre cada año, es una sensación de respeto y de cariño hacia él, muy emotiva.
Una de ellas es la Procesión de la Cofradía de Jesús del Vía Crucis, el Martes Santo. Desde pequeño la veía con mi madre, con mi hermano y amigos, con mi padre no podía ya que cargaba en el Nazareno de San Frontis hasta hace unos años, que se jubiló en el Paso por edad. Siempre la solía ver en la Rúa de los Francos, entre la Iglesia de la Magdalena y La Opinión de Zamora. Años más tarde, tras la jubilación de mi padre en el Paso, la seguíamos viendo en esa misma zona, y ver llegar el Nazareno y que cuando está delante de nosotros el Jefe de Paso y los Hermanos de Paso se lo bailan un rato a mi padre cada año, es una sensación de respeto y de cariño hacia él, muy emotiva.
Desde una Semana Santa de esas, le comenté a mi padre que me apuntara a la Cofradía, y también que me apuntara a la lista del Paso del Nazareno, que me haría mucha ilusión en un futuro llegarlo a cargar, a poder ser, como lo cargaste en su día, le comenté. Al no haber lista de espera en ésta Cofradía, nada más que me apuntó mi padre, ya podría salir al año siguiente. Pero tardé en salir unos años más tarde, porque la quería seguir viéndola como Hermano de Acera en la Rúa de los Notarios, muy bonita de ver por ahí, y más aún por lo que os he comentado antes.
Después de unos años viéndola, aunque ya era Hermano de la Cofradía, vi que en el 2.010 el Obispado aprobó los Estatutos para que la Sección de Damas de la Esperanza se convirtiera en una Cofradía propia, gran acierto. Pocos años más tarde, vi que la Cofradía se modernizaba, se hacía mixta en el año 2.015, ya podían entrar mujeres, gran iniciativa de hecho.
Después de unos años viéndola, aunque ya era Hermano de la Cofradía, vi que en el 2.010 el Obispado aprobó los Estatutos para que la Sección de Damas de la Esperanza se convirtiera en una Cofradía propia, gran acierto. Pocos años más tarde, vi que la Cofradía se modernizaba, se hacía mixta en el año 2.015, ya podían entrar mujeres, gran iniciativa de hecho.
Por el año 2.013, encargué que me hicieran la Túnica de la Cofradía, y adquirí todos los accesorios para poder desfilar el Martes Santo y hacer el Vía Crucis. Me acuerdo de ése mismo año que iba a salir como Cofrade, no pudo ser, porque ése año fue fatídico para muchas procesiones, ya que se suspendieron muchas por la lluvia, entre ellas, el Vía Crucis. Fue un muy mal año para la Semana Santa de Zamora, estuve muy triste por no poder salir en mi primer año, tampoco pude cargar con el Grupo La Caída en la Madrugada del Viernes Santo ése año, porque se suspendió la procesión de Jesús Nazareno (Vulgo Congregación) por la lluvia también, entre otras.
Al año siguiente ya cambió a mejor. Ya pude estrenarme como Cofrade y hacer el Vía Crucis junto con unos amigos, con los que salgo desde entonces. La verdad que fue una experiencia muy satisfactoria para mí, desde ése año lo he seguido haciendo cada Martes Santo (no se ha vuelto a suspender), y cada año mejor. Ver las caras y sobre todo los ojos de la gente durante la procesión es otra cosa muy especial. Seguiré saliendo de Cofrade en ésta Cofradía hasta el día que llegue por fin a cargar el Nazareno de San Frontis, el cual junto con el Jesús del Grupo La Caída, les tengo mucha devoción. Ése día, espero que pronto, será para mí igual que cuando llegué a cargar por primera vez La Caída, una sensación que no se puede describir con palabras, simplemente hay que vivirlo y sentirlo.
Al año siguiente ya cambió a mejor. Ya pude estrenarme como Cofrade y hacer el Vía Crucis junto con unos amigos, con los que salgo desde entonces. La verdad que fue una experiencia muy satisfactoria para mí, desde ése año lo he seguido haciendo cada Martes Santo (no se ha vuelto a suspender), y cada año mejor. Ver las caras y sobre todo los ojos de la gente durante la procesión es otra cosa muy especial. Seguiré saliendo de Cofrade en ésta Cofradía hasta el día que llegue por fin a cargar el Nazareno de San Frontis, el cual junto con el Jesús del Grupo La Caída, les tengo mucha devoción. Ése día, espero que pronto, será para mí igual que cuando llegué a cargar por primera vez La Caída, una sensación que no se puede describir con palabras, simplemente hay que vivirlo y sentirlo.
Texto: Ismael Hernández
Fotos: Horacio Navas
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