martes, 14 de mayo de 2019

Momentos de un Jueves Santo

Y por fin llegó el Jueves Santo, un año más para acompañar a nuestro Señor camino hacia la cruz y un día en el que todos los zamoranos miramos al cielo suplicando que las nubes no descarguen esa lluvia amenazante y permitan la salida de las procesiones de ese gran día.

La Esperanza recorrió las calles de Zamora llenándola de ese verde que sólo Ella puede dar a nuestra ciudad y por la tarde, tocaba teñirla de púrpura como sólo la Cofradía de la Santa Vera Cruz, con su disciplina y penitencia, sabe hacerlo.

Parecía que la procesión iba a ser suspendida pero finalmente, las campanas del barandales anunciaron su inicio, aunque con una gran modificación: debíamos hacer el recorrido corto por la amenaza del cielo, que en ocasiones se tornaba oscuro, para pena de todos los hermanos que cada año esperamos la tarde del Jueves Santo para estar junto a Él en su último día.

Y ahí estaba yo, con mi familia como cada año, orgullosa de que nos reuniéramos para estar junto a Jesús en ese calvario que le tocó vivir para salvarnos. Queríamos ir todos juntos, así que fuimos días antes a la sede de la cofradía y portando el cordón verde, acompañamos a la Oración en el Huerto, ese paso que tanto le gustaba a mi madre. Así que yo estaba emocionaba….echándole de menos pero feliz de recordarla en tan grato momento. Además, a La Oración le acompañaba la Banda de música de Zamora “Nacor Blanco”, ¡qué más se podía pedir!


Partimos del Museo y tras pocos fondos regresamos al mismo intentando que la Dolorosa no coincidiera con la Santa Cruz ya que, para alegría del señor obispo, no realizamos el tradicional descanso en la S.I. Catedral en el que, para muchos cofrades es un momento de reencuentros, momento para compartir junto con la familia y amigos, no sólo para un bocado sino también compartir vivencias que en otras fechas, por distintas circunstancias, no es posible.

Cada tarde de jueves santo es especial para cada uno de los hermanos de esta cofradía. Para mí, es una reunión familiar que me permite compartir momentos irrepetibles, momentos de reflexión acompañando a esa Virgen Dolorosa por la pérdida de su hijo, momentos para dejar a un lado la tristeza y sentir que Zamora es mucho Zamora, momentos para vivir la Pasión como sólo en Zamora es posible.

Texto: María Domínguez
Foto: Horacio Navas

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