viernes, 17 de mayo de 2019

200.000 visitas

En este mes de mayo, Luz Penitente ha batido récords de visitas tanto en el blog como en algunas de sus redes sociales, tales son los casos de Facebook e Instagram. Aprovechamos esta publicación para repasar estas y otras marcas de la Asociación en Internet.

  • Blog Oficial: Esta misma mañana, el blog ha alcanzado las 200.000 visitas. No olvidemos que, si ingresas al blog desde un dispositivo móvil, lo mejor es pinchar la opción "Ver versión web", para poder disfrutar de todas las publicaciones (530) que se han realizado desde junio de 2011.

  • Facebook: 1.000 son los "Me Gusta" que se alcanzaron la semana pasada. De todas nuestras redes sociales, se puede decir que es el oficial y, por lo tanto, el más importante. Es vía directa de las publicaciones oficiales de Cofradías o Instituciones.

  • Instagram: También en esta semana se ha alcanzado una cifra importante a través de esta red social, pues son 800 los seguidores que hemos superado.

  • Twitter: Hace ya bastante tiempo que alcanzamos los 1.000 seguidores por Twitter, pese a que esta red social no sea muy utilizada.

  • YouTube: Los vídeos de Youtube tienen más de 91.000 visualizaciones (sin contar las reproducciones de Facebook y, por supuesto, las descargas que nuestros seguidores ejecutan). En cuanto al Top 10 de los vídeos más vistos, se encuentran dos capítulos de "Sucedió en Viernes Santo", nuestro primer certamen o hasta 5 de nuestros spots, siendo el primero, el de 2012, el más visto con casi 11.000 visualizaciones.


Si quieres que sigamos creciendo y, lo más importante, estar atento de todas nuestras actividades y quedadas, no olvides seguirnos o darle "Me Gusta" e invitar a tus amigos a hacerlo.


*Datos extraídos a 17/05/19 a las 09:30 horas

jueves, 16 de mayo de 2019

La Tormenta que Trajo la Calma

La noche del Viernes Santo acontece calmada, los últimos vestigios de lluvia empapan la cara de los cofrades de la Plaza Mayor ansiosos por escuchar el primer Thalberg del año. Yo estaba en la puerta del Museo de Semana Santa nerviosa por escuchar las previsiones, apretaba con fuerza mi clarinete tratando que no se mojara. Recorrido completo. Parecía casi imposible, miré al cielo y seguí notando la lluvia en mis mejillas.

Los pasos comenzaron a salir hacia Viriato, yo esperaba a nuestros compañeros de La Crucifixión y toda mi banda fue detrás de ellos por primera vez en la noche, ilusionados por poder poner música a una madrugada más. El sonido de la caja iba acompañándolos en ese pequeño recorrido y a mí se me ponían los pelos de punta. 

“El Cinco de Copas ya está bailando”, que ironía, como si no pudiera sentirlo, como si no temblaran mis raíces a cada uno de sus pasos. “Salimos con Thalberg”, como si fuera novedad, llené mis pulmones de aire y toqué las primeras notas de esa marcha, ya himno zamorano, con todas mis fuerzas, como si de alguna forma quisiera así advertir que estábamos allí y que esto no había hecho más que empezar.

Llevaba en las piernas aún el peso de La Esperanza y la Vera Cruz, pero me sentía con la fuerza necesaria en sintonía inefable con las ganas. Me habláis de pasión, a mí, avezadas manos que mueven los dedos aún presa del frío, como la Soledad en Tres Cruces, manos entrelazadas que conmueven en cada una de sus reverencias. Me habláis de emoción, pero nada es equiparable a la caricia de un nazareno, a la noche en vela, a los fondos interminables…

Dicen que quien no lo ha vivido no puede entenderlo, permíteme tratar de explicar ese sentimiento de orgullo cuando ves levantar el Cinco de Copas, cuando lo acompañas con tu música, cuando de un impulso tiemblan las figuras en armonía con tus piernas. Es difícil de explicar, pero no imposible, cuando retumba la melodía del Merlú por las calles en calma, cuando la tormenta apacigua las ganas, pero la calma trae consigo la esperanza de una Madrugada increíble.

Este año ha sido de los mejores que puedo recordar, creí volver a vivirlo desde fuera, creí, por un mínimo momento, volver a ser la niña de ojos profundos que miraba con desasosiego la procesión en hombros de su padre. Creí volver a sentir la mano de ese cofrade que me ofrecía una almendra y el tenue tono de mi voz preguntándole quien era, sonreían tus ojos y yo me di cuenta, y ojalá sigan sonriendo desde el cielo.

El chocolate caliente avivó mi cuerpo y la vuelta fue dura, pero intensa. Avanzábamos despacio, el toque del Merlú se escuchaba en intervalos de tiempo cada vez más cortos. Están entrando en la Plaza. Me pesaban los pies, pero cada mirada de emoción me hacía coger fuerzas para seguir tocando. Fue una mañana calmada, y la entrada al Museo más bonita que he vivido nunca.

“Mantened la formación”, no habíamos escuchado nada más, nos limitamos a eso. La Crucifixión avanzaba despacio en sus diez minutos de gloria, vi las figuras desaparecer con la fuerza de la marcha de Jaime Gutiérrez homónima a las tallas. De repente sucedió lo que nunca nos había sucedido, vimos el paso bajar, los cargadores salían entre aplausos de debajo de la mesa. Aplaudía y nos miraban, a mí, a nosotros. El director abrazó al jefe de paso y colgaron una banda de hermandad en nuestra bandera. Crucifixión es una marcha que necesitaba fuerza y a mi me la ahogaban las lágrimas, pero nunca dejé de tocar. Vi un pulgar hacia arriba, todo había ido bien, le devolví el gesto aún sin dejar de tocar. Había acabado, la Mañana había acabado, un año más, y no había podido hacerlo mejor.

Solo os pido una cosa más: nunca dejéis de poner la ilusión a estos momentos, que nosotros pondremos la música.

Texto: Alba Carbajal
Fotos: Víctor Garrido

miércoles, 15 de mayo de 2019

Jesús Yacente Te Recuerda


Cada Jueves Santo por la noche era especial para TI. El Yacente procesiona por las calles zamoranas repletas de gente que esperan a ambos lados de las aceras a que todos los hermanos procesionen, todos ellos vestidos con túnica y caperuz de estameña blanca y fajín y puños morados portando el hachón. Concretamente uno de ellos, TÚ, desde el año 1963 formas parte de esta hermandad y como tantos padres de esta hermosa ciudad apuntaste a tu hijo 10 años más tarde, seguramente con la intención de transmitir esa sensación única que sentimos los "semanasanteros" y de que este patrimonio tan valioso siga intacto de generación en generación.

Estamos hechos de recuerdos y de tradiciones que año tras año intentamos repetir, tu hijo rememora que siempre, en todos esos años que tú decidiste que él formara parte de esta hermandad, os vestíais en casa y desde allí os ibais a Santa María (excepto los años que salisteis de San Cipriano). Una vez comenzado el desfile, tu hijo siempre te recuerda llevando la esquila que va con el cristo aunque años más tarde él quiso seguir tus pasos portándola también pero hasta entonces él durante casi tres décadas llevaba la cruz guía.


Uno de los momentos más bonitos de nuestra Semana Santa zamorana ocurre el Jueves Santo por la noche en nuestra hermosa Plaza de Viriato cuando miles de zamoranos y visitantes esperan para oír cantar nuestro maravilloso Miserere y tan sólo unos segundos antes de este tan esperado momento tu hijo siempre se acuerda de TI porque siempre os saludabais, TÚ entrando con la esquila y tu hijo esperando con la cruz guía a la entrada de esta bonita plaza.

Al terminar siempre un beso de padre a hijo, un beso seguramente muy emotivo, seguramente el más emotivo de todo el año porque para TI la Semana Santa era especial. Y con tu vela de la mano, esas que año tras año siempre cogías, salías hablando, y seguramente bromeando tal y como te caracterizaba, con tus amigos "salud para otro año" y te ibas de la iglesia como habías ido, con tu hijo y dando bendiciones.


Pero este año la noche del Jueves Santo tu hijo tuvo que vivir todos estos momentos sólo, sólo porque TÚ no estabas presente a su lado, pero realmente estaba acompañado porque TÚ esa noche estuviste más presente que nunca.

"Y este año, en esa noche lluviosa tu hijo notó el dolor, pero el agua disimuló su tristeza para que pareciera menos, hasta en eso le sigues ayudando. Te nota en cada momento, sigue dándole esa fuerza que tanto tenías TÚ".

Texto: Azahara Rodríguez
Fotos: Jose María Gago

martes, 14 de mayo de 2019

Momentos de un Jueves Santo

Y por fin llegó el Jueves Santo, un año más para acompañar a nuestro Señor camino hacia la cruz y un día en el que todos los zamoranos miramos al cielo suplicando que las nubes no descarguen esa lluvia amenazante y permitan la salida de las procesiones de ese gran día.

La Esperanza recorrió las calles de Zamora llenándola de ese verde que sólo Ella puede dar a nuestra ciudad y por la tarde, tocaba teñirla de púrpura como sólo la Cofradía de la Santa Vera Cruz, con su disciplina y penitencia, sabe hacerlo.

Parecía que la procesión iba a ser suspendida pero finalmente, las campanas del barandales anunciaron su inicio, aunque con una gran modificación: debíamos hacer el recorrido corto por la amenaza del cielo, que en ocasiones se tornaba oscuro, para pena de todos los hermanos que cada año esperamos la tarde del Jueves Santo para estar junto a Él en su último día.

Y ahí estaba yo, con mi familia como cada año, orgullosa de que nos reuniéramos para estar junto a Jesús en ese calvario que le tocó vivir para salvarnos. Queríamos ir todos juntos, así que fuimos días antes a la sede de la cofradía y portando el cordón verde, acompañamos a la Oración en el Huerto, ese paso que tanto le gustaba a mi madre. Así que yo estaba emocionaba….echándole de menos pero feliz de recordarla en tan grato momento. Además, a La Oración le acompañaba la Banda de música de Zamora “Nacor Blanco”, ¡qué más se podía pedir!


Partimos del Museo y tras pocos fondos regresamos al mismo intentando que la Dolorosa no coincidiera con la Santa Cruz ya que, para alegría del señor obispo, no realizamos el tradicional descanso en la S.I. Catedral en el que, para muchos cofrades es un momento de reencuentros, momento para compartir junto con la familia y amigos, no sólo para un bocado sino también compartir vivencias que en otras fechas, por distintas circunstancias, no es posible.

Cada tarde de jueves santo es especial para cada uno de los hermanos de esta cofradía. Para mí, es una reunión familiar que me permite compartir momentos irrepetibles, momentos de reflexión acompañando a esa Virgen Dolorosa por la pérdida de su hijo, momentos para dejar a un lado la tristeza y sentir que Zamora es mucho Zamora, momentos para vivir la Pasión como sólo en Zamora es posible.

Texto: María Domínguez
Foto: Horacio Navas

lunes, 13 de mayo de 2019

La Ilusión de cada Niña y Mujer

Procesión Virgen de la Esperanza: Una procesion con sentimiento. Donde ves a cada mujer con sus hijas sacarlas para vivir la ilusión de cada niña y mujer. Cargar a esa virgen, verla con su rostro iluminado subir por esa cuesta de Balborraz tan inclinada, donde parece qué al alzarla, alcanza el cielo.

Ella que da esperanza a cada persona, Ella tan hermosa y tan bella, como la Virgen mas bella junto a la de Nuestra Madre, una de las dos Vírgenes para mi mas bellas, las que te hacen sentir lo que una madre sufre por cada sufrimiento que su hijo sintio cuando lo clavaron en la cruz por los pecados de cada hombre y mujer.


Semana Santa, sentimiento, fe y pasión por cada procesión que se celebra cada día y en cada Semana Santa de Pasión. Verla y disfrutarla con la ilusión de cada cofrade y cargador. Y eso es dar y tener devoción por la Semana Santa.

Texto: Marta Pastor
Foto: Horacio Navas

domingo, 12 de mayo de 2019

Reflexiones


Esta Semana Santa ha sido muy especial para mi pues, después de 50 años desfilando en diversas procesiones, no he podido salir en ninguna por problemas en mi espalda y me he tenido que conformar con verlas o bien en la calle, a través de internet o en la televisión.

Debido a la metereología que hemos sufrido durante la semana, todas las Cofradías han tenido que tener varios planes y, además, actuar sobre la marcha. Y ahora es cuando hago mis reflexiones como hermano de fila, por primera vez en mi vida, de tres de mis cofradías:


Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo del Amparo
La directiva, ante la lluvia persistente, toma otra decisión distinta: que los hermanos hagan solos un desfile por el barrio de Olivares (sede del Cristo barroco del siglo XVII) que recibe culto en la Iglesia de San Claudio de Olivares, acompañados del Capellán y dejando al Cristo a resguardo a la puerta del templo con el cuarteto de metales detrás tocando.

Yo, personalmente, hubiera formado a los hermanos en la plaza de San Claudio, sacado al Cristo desde la puerta (como lo hicieron) y el coro hubiera cantando el Miserere Castellano y no habría hecho el desfile por el barrio, pero fue decisión de la directiva y la respeto, faltaría más.


Real Hermandad del Santísimo Cristo de las Injurias (Cofradía del Silencio)
La directiva, ante la amenaza de lluvia, después de esperar y ante el peligro que supone sacar un Cristo del S. XVI, optó por suspender la procesión.


Penitente Hermandad Jesús Yacente
En esta Hermandad, que procesiona con una imagen del S XVII, la directiva opta por sacarla con una urna de metacrilato ante la pertinaz lluvia haciendo un recorrido un poco más corto para preservar la salud de los hermanos de fila y de los propios hermanos.


CONCLUSIÓN:
A mi me parece que las directivas actuaron bien, que tiene que ser una decisión a tomar muy comprometida, pues son tres Imágenes de culto y muy valiosas y que con el Patrimonio no se puede jugar.
  

Texto: José María Álvarez
Fotos: Horacio Navas
  

sábado, 11 de mayo de 2019

El Silencio Rojo

Llegó Miércoles Santo, ese miércoles de abril el cual amanecemos con ganas, para ver por fin a Nuestro Cristo de las Injurias recorriendo, desde la catedral hasta el museo de semana santa, mediante las calles de Zamora, no hay año que no me acuerde de vivir esos momentos con ganas, porque justo coincidía con el comienzo de las vacaciones en mi infancia, pero para mí ese miércoles sigue siendo especial, no solo por lo que me encanta la semana santa o porque salgan familiares y amigos, sino por verte a ti, no he visto obra más bonita de un Jesús crucificado, como lo eres tú.

Me preparo rápido y cojo todo el equipo fotográfico para que no se me escape ningún detalle del paso, voy en busca de un buen sitio con un bonito fondo para que pueda resaltar sobre el casco antiguo que tenemos en la ciudad y espero a que comience el rezo para que pueda salir de camino hacia el museo. 



Primero es la ofrenda del silencio y del juramento en nuestra catedral, donde todos los cofrades arrodillados, escuchan el juramento y se preparan para iniciar su camino en sigilo  junto a ti. Yo tengo muchas ganas de que puedas estar cerca  para poder expresar a través de mi cámara lo que me transmites.

Por fin comienzan el recorrido, comienza el silencio en cada rincón de la ciudad, todos observamos, rezamos por ti y por nuestros familiares más allegados. Oigo el sonido de las herraduras de los caballos junto al sonido de los clarines anunciando tu llegada, y ese rojo tan llamativo de los cofrades con sus hachones, el sonido de la campana llevado a hombros por esos cargadores que van con paso ligero y con energía dándolo todo durante el trayecto,  y como no, el olor del incienso.


Cuando apareces, lo primero que vemos es tu cabeza ladeada y abatida sobre tu pecho, junto a esa corona de espinas, las cuales están atravesando la piel de tu frente. Se puede ver esos ojos entreabiertos con una mirada totalmente perdida, abatida. Tu herida sigue sangrando, sobre tu costado derecho, es muy profunda, es dolorosa, tus manos y tus pies clavados sobre la cruz mediante tres clavos de hierro. Por último ese paño de color blanquecino el cual va muy pegado a tu cuerpo por donde el cual está manchado debido al recorrido que ha ido haciendo la sangre.


Comienzo a fotografiar cada detalle de tu cuerpo, tu mirada, tus heridas, tu silencio, ese silencio que solo yo puedo sentir a través de ti, lo que me transmites mediantes. Me quedo sin palabras no puedo dejar de darle al zoom para verte más de cerca para ver más allá de lo que quiero mostrar y todo en pocos segundos.

Pero este año no pudo ser así, el tiempo lo empeoró todo y no pude disfrutar de ti sin la cámara, junto a mi otra mitad que estábamos con muchas ganas de disfrutar juntos de ese silencio. Pero si pedí que en próximos años puedas salir y hacer lo que año tras año haces, embellecer siempre la ciudad con ese color rojo tan bonito que hace que Zamora sienta ese silencio que a mí me haces sentir.



Una vez más, hasta el próximo año Señor de las Injurias.

Texto y fotos: Déborah González

jueves, 9 de mayo de 2019

[VÍDEO] Luz Penitente en la VII Feria Mundo Cofrade

La Asociación Luz Penitente participó en la VII Feria Mundo Cofrade de Medina del Campo los días 3, 4 y 5 de mayo de 2019.

En este vídeo vemos la presentación de Luz Penitente en el IV Foro Huellas de Pasión de España y la creación en directo de la pintura que realizó Anselmo Esteban en el stand de la Asociación.



miércoles, 8 de mayo de 2019

Siete Palabras

Son las diez y media de la noche. Entro en la Iglesia de la Horta y mis ojos se van directos hacia el Cristo de la Agonía o Expiración. Empieza la misa y durante ella no dejo de mirarlo en ningún momento.

Al llegar las doce de la noche las puertas de la Horta se abren, y por ella empiezan a salir los hermanos de paso del Cristo de la Agonía o Expiración. Siguen saliendo los demás hermanos de la Hermandad Penitencial de las Siete Palabras. Poco a poco se va haciendo el silencio entre los murmullos de las personas que esperan en las aceras a que la procesión comience. 


Se oye el primer golpe de un bombo: Comienza la procesión. Empiezan a salir los hermanos de hachón o de fila, y les siguen los hermanos que portan penitencias. Van poco a poco saliendo todos de la Iglesia y al filo de la madrugada, el Cristo pone rumbo a Viriato para oír una vez más sus Siete Palabras. Llega el momento en el que los hermanos de paso suben a su querido Cristo por la calle Balborraz para dar a una abarrotada Plaza Mayor. Entre calles, rúas y plazas... llegan a Viriato. Es allí, donde un año más, se oirán las Siete Palabras que Cristo dijo desde la cruz antes de morir:

“Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”.


Y diciendo esta última palabra, expira y Cristo muere. Minutos más tarde y ya con la madrugada en el cuerpo conducirán a Cristo hasta su barrio por calles, rúas y plazas hasta llegar a la puerta de Santa María de la Horta, donde Cristo ya crucificado, se despide así de sus hijos y hermanos, entrando por última vez a su querido templo, donde recibe culto todo el año.


Texto: Jonathan Rodríguez
Foto: Marta Pastor

martes, 7 de mayo de 2019

Martes de Despedida

Y llegó el Martes. Hoy no hay incertidumbre ninguna. Día primaveral donde los haya. Estameña preparada. Debutamos en la Cofradía del Vía Crucis.

Apenas son las siete de la tarde, y la estameña ya me acalora el cuerpo. El itinerario para ir desde mi lugar de salida (mi casa) al templo de partida (S.I. Catedral) es el inverso al que realizaremos a lo largo de la procesión.

Una marea morada tiñe la Plaza Mayor de cofrades que se disponen a ir al Templo Mayor. La curva que gira desde la Rúa hacia Alfonso XII está repleta de gente. Apenas existe un mini pasillo por donde, a duras penas, pasamos.


Viriato, a rebosar, La Magdalena repleta de un mar de filas que esperan la llegada de la procesión, y así, hasta la Plaza de la Catedral.

En el atrio nos juntamos toda la banda, y, tras un mar de fotos, abrazos, nervios y tragos de agua, se oye una voz:

-“Abrid la puerta que nos vamos”.

Y así fue, caperuces puestos, boquilla preparada y a ritmo, salimos. Empezamos con una más que conocida marcha, “Nazareno de San Frontis”. Que bonito queda salir tocando por la puerta del atrio y que atentamente, los miembros de las dos bandas de Zamora te escuchen sin perder detalle.

Nosotros ya hemos abandonado la Plaza, pero a mi me falta algo, giro el cuello y veo salir al Nazareno de San Frontis a ritmo del himno nacional por el atrio de la Catedral. Ese “Mozo” con túnica morada y cruz pesada a cuestas que regresa al templo que lo cuida y lo reza durante todo el año.


Detrás, a no muchos metros, le sigue el rastro su madre, la Virgen de la Esperanza, con su majestuoso manto verde.

La noche cae sobre la Bien Cercada, las dos imágenes iluminadas por sus faroles, el Nazareno y su dulce rostro. Y la Virgen y sus manos, implorando piedad.

Nosotros mientras, a son de “Sagradas Vestiduras”, abandonamos el frío y oscuro Puente de Piedra, para esperar al momento cumbre de la tarde, esa despedida con las reverencias. Mucha gente atenta y expectante, oye venir al Barandales. Los niños, al oírlo, corren despavoridos a los pies de sus padres.

El Nazareno entra en la Plaza mientras que la Virgen recorre el Puente. Que estampa. Mirar hacia el puente, y solo ver oscuro, pero solo las luces de las imágenes rompen el oscuro.


Una vez dentro las dos imágenes, se encaran, y con unas suaves reverencias, que saben al “adiós” de una madre que pierde a su hijo.

Se encaminan ahora, solos, sin acompañarse entre ellos. La Esperanza aguardará a la mañana del Jueves Santo en el Convento de Cabañales, y el Nazareno, rezando el Vía Crucis vuelve a su templo, donde ya le aguarda gente del barrio, esperando su llegada.

Hemos cumplido en este “debut”, la tarde ha sido perfecta, todo ha sido perfecto. Y ahora, que el año que viene podamos repetirlo.

Texto: Julián Hernández
Fotos: Horacio Navas