viernes, 1 de mayo de 2020

Yacente Solitario

Es Jueves Santo. Son las 11 de la noche. Estamos en Zamora. No, no se abre la puerta de la Iglesia de Santa María la Nueva, como todo los años siempre tan puntual. Y es que, ¿para qué iba a hacerlo? ¿Por qué debería hacerlo? Afuera no hay nadie, nadie espera ni en las inmediaciones de la Iglesia ni en ninguna calle, no, ni tan siquiera en el parque de San Martin hay alguien haciendo botellón y armando jaleo, está totalmente vacío. Tampoco tiene sentido que las puertas de esta Iglesia se abran porque dentro de ella no hay más de mil hermanos esperando perfectamente colocados para salir a procesionar por las calles zamoranas. Las 3 cruces que cada año resbalan por las calles empedradas con ese sonido tan característico en esta noche están allí colocadas, solas. El Yacente también está en el interior de la Iglesia sólo, tan solitario como jamás había estado ningún Jueves Santo.



¿Qué pasa? ¿Esto no tiene sentido verdad? Disculpad se me había olvidado dar un dato, el año, estamos hablando del año 2020, el año en el que por culpa de un bichito, un bichito microscópico estamos todos metidos en nuestras casas.

Las 3 pesadas cruces que os comentaba en líneas anteriores, esta noche de Jueves Santo de 2020, no las ha llevado ningún hermano sobre su hombro pero os aseguro que toda esta situación duele más que llevar cargadas a la vez las tres.

¡Salud para el 2021 SemanaSanteros!


Texto: Azahara Rodríguez
Foto: David Coco

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