viernes, 8 de abril de 2016

Crónica Semana Santa 2016 (Parte V)



VIERNES SANTO
Cofradía de Jesús Nazareno. Vulgo Congregación
En Zamora la madrugada del Viernes Santo es especial. Después de finalizar el Miserere, el Merlú comienza a sonar por las calles congregando al vulgo a la procesión, que a las 5 de la madrugada arrancará con el sonido del citado dúo y la banda de cornetas y tambores de la Cofradía.

Un año más la escasez de hermanos fue notable en la Cofradía más numerosa de la ciudad, no obstante tras dar la vuelta al crucero y tomar fuerzas desayunando las típicas sopas de ajo, el número de hermanos se incrementó, acompañando los hermanos a las imágenes hasta el Museo de Semana Santa a excepción de la imagen de la Santísima Virgen de la Soledad, que entre un mar de cruces negras entró al templo de salida, donde horas antes se realizó el tradicional baile del “Cinco de Copas”.

Real Cofradía del Santo Entierro
Con apenas unas horas de descanso, la Real Cofradía del Santo Entierro puso inicio a su procesión, este año estrenando nuevo recorrido. Las imágenes imponentes como La Lanzada, El Cristo de las Injurias, El Descendido o La Conducción al Sepulcro por citar algunos ejemplos, junto a la compañía que hicieron las sobresalientes bandas que acompañaron el desfile, hicieron de la tarde del Viernes Santo uno de los grandes momentos de esta Semana Santa.


Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias
A las 23 horas comenzó el desfile de cómo cariñosamente llamamos en Zamora, Nuestra Madre. Con  una temperatura agradable y pese al cansancio ya acumulado, el público llenó las calles y los hermanos y hermanas de la Cofradía acompañaron a las tres imágenes con sus hachones encendidos durante todo el desfile. El momento más destacable de la procesión fue sin duda el canto del Stabat Mater y de la Salve mientras las imágenes, en primer lugar, de la Virgen de las Espadas, y en segundo lugar, Nuestra Madre de las Angustias, ambas de don Ramón Álvarez, avanzaban a paso lento por el centro de la Plaza Mayor.


 Fotos Nuestra Madre: Diego Pérez

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