Ya viene por Cabañales,
la Virgen de la Esperanza;
ya la traen en procesión
cofrades de verde y plata;
ya cruzan el viejo puente
y, en Zamora, la dorada
por los siglos se va entrando
por las cuestas empinadas,
como fresca primavera
en luminosa mañana...
Ahí viene, viene la Virgen,
la Virgen de la Esperanza
sobre su trono barroco
sembrado de flores blancas,
cubierta por verde manto
pleno de estrellas doradas...
No viene sola la Virgen,
que está bien acompañada
por escolta de mantillas;
la belleza y la fragancia,
amor y devoción pura
que la mujer zamorana
tributa a esa madre suya
que es dulzura y esperanza.
-Nunca hubo mejor escolta
para tan egregia Dama-.
Hay que cantar a la Virgen
hay que cantarle en la plaza
la Salve que reza y pide
salmodia de una esperanza.
Madre, muéstrame a Jesús
en este valle de lágrimas.
¡Muchacha, viene la Virgen!
sal a contemplar su cara
hecha con pasta de lirios
y azucenas nacaradas...
Y, Ella, parece que ruega
con una dulce mirada;
ruega por nosotros... ¡sí!
por encima de sus lágrimas
y ofrece al Cielo sus manos
que son dos palomas blancas...
Ahí viene, viene la Virgen
no te la pierdas, muchacha...
Manuel Crespo Bernardino
(Zamora, Marzo de 1994)
Poema extraído del libro "50 años de la Virgen de la Esperanza" que regaló la antigua sección y que nos ha hecho llegar Miguel Ángel Rosón Ramos, Vocal de la Junta Directiva y Socio Fundador.
Foto cedida por: Álvaro Carvajal Fernández, Tesorero y Socio Fundador.
Gracias a ambos.
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